El Averno

Muchas veces en la literatura fantástica y en el cine nos encontramos con "El Averno". Éste término nos hace referencia al infierno, como lugar de castigo eterno. No obstante yo me pregunto, ya que me gusta hacerlo, ¿por qué se llama averno al infierno?.

Pues parece ser que el culpable de todo fue Virgilio (Publio Virgilio Marón), afamado poeta romano nacido en el año 70 a.C., que en su novela "La Eneida" describe el descenso de Aeneas al averno, como la entrada a los infiernos. Realmente el Averno es un lago de agua dulce, ubicado en el sur de Italia cerca de Nápoles, que se encuentra sobre el cráter de un volcán ahora extinto.

Este lago mostraba un aspecto tenebroso en la antigüedad que inspiraba miedo y respeto por las culturas de la época, los cuales pensaban que se trataba de la misma entrada al infierno. Y es que durante ese periodo de la historia, el citado volcán no se encontraba extinto del todo y emitía vapores sulfurosos y mefíticos, altamente nocivos, que impedían casi cualquier forma de vida. Y es que el mismo topónimo de "Averno" procede del griego "aornos" cuyo significado literal es "sin aves", ya que debido a las emanaciones gaseosas las especies de pájaros que se asentaban sobre el lago perecían fulminantemente.

Desde el punto de vista geológico, este accidente volcánico debe su existencia a su cercanía a la zona de colisión entre las placas africana y euroasiática, puesto que la colisión entre dos placas continentales (como son las citadas) provocan un choque entre la litosfera que tienen cada una de las placas formándose montañas o volcanes y produciéndose terremotos de no mucha intensidad. Éste fenómeno permite explicar que el lago del Averno se encuentre asentado en un cráter volcánico semiextinto que de manera irregular expulsa pequeñas cantidades de gases altamente nocivos.