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jueves, 7 de mayo de 2009

Las Horas Canónicas

El tiempo... siempre el tiempo... cuando no es dinero, lo que nos falta es el tiempo. Quizás sea que nos falte por la poca consideración que se le tiene, es decir, es tan fácil medirlo en la actualidad que no se le presta la debida atención. Pero, no siempre fue así. Siguiendo la temática del último artículo sobre las calendas y la denominación de los meses del año, hoy quiero escribir sobre la más tradicional de las formas de tabular el día durante gran parte de nuestra historia, más en concreto en la Edad media, me refiero a las Horas Canónicas

Las Horas Canónicas fueron el método tradicional de medir el tiempo durante un día en la gran mayoría de los territorios cristianos de la época medieval, en el que el ritmo de los rezos en los monasterios, conventos y abadías regía el día a día de todos los campesinos que dependían de dichos asentamientos religiosos.

Según este sistema establecido originariamente por San Benito en la Orden de los Benedictinos el día se dividía en siete partes (según se establece en el Salmo V del Libro de Salmos del Antiguo Testamento: "Siete veces al día te alabaré") y una más en la medianoche ("a medianoche me levantaba para darte gracias").

De ahí San Benito estableció la división de las horas del día según el canon de rezos estipulados, creando de ese modo las Horas Canónicas que se correspondían con la siguiente relación:
  • Maitines: medianoche, las 24:00
  • Laudes: las 3:00
  • Prima: Primera hora después de salir el sol, Aproximadamente las 6:00 de la mañana
  • Tercia: Tercera hora después de salir el sol las 9:00
  • Sexta: (ídem)las 12:00
  • Nona: (ídem) las 15:00
  • Vísperas: las 18:00
  • Completas: las 21:00

Estas horas se dividían a su vez en dos grupos según el carácter del oficio a realizar:
  • Horas menores: la Prima, la Tercia, la Sexta y la Nona. Denominadas menores ya que no era indispensable la asistencia a la iglesia para efectuar el rezo, sino que bastaba con interrumpir las labores que se estuviesen efectuando y comenzar el rezo allá donde se encontrasen al escuchar la llamada al rezo mediante la campana correspondiente.
  • Horas mayores: los Maitines, los Laudes y las Vísperas. En éstas horas era preceptivo que toda la comunidad se reuniera en la iglesia.
  • Completas: Esta hora por tratarse de la de medianoche (no corresponde a las siete estrictas) no aparece en la división de mayores y menores y en ella el monje rezaba antes de acostarse en la soledad de su celda.
Esta forma de medir el tiempo, para los campesinos y pueblo llano y conocido como tiempo de Dios consistía, por lo tanto, en dividir el día en 8 partes de 3 horas cada una, marcadas por las campanadas de las iglesias o los monasterios.

1 comentarios:

Loles dijo...

El de la campana tenia reloj???...jejejej...esto ya me lo habia explicao alguien...pero no me acordaba...
nos vemos a la nona....

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