Limpiaparabrisas trasero

Hay ciertas evidencias generales, que estamos tan acostumbrados a ellas que las aceptamos sin más, sin pensar en ello y sin preguntarnos a que se deben. Una de ellas es el tema de los limpiaparabrisas traseros de los coches. Me estoy refiriendo al hecho de que la inmensa mayoría de los vehículos de cuatro puertas (los berlina o sedan; aquellos que llevan maletero en lugar de portón o coloquialmente conocidos a "con culo") que circulan en nuestras carreteras (salvo rara excepción) no disponen de limpiaparabrisas trasero, mientras que los cinco puertas (con portón trasero o "sin culo") lo llevan en su gran mayoría.

¿A que se debe esta curiosa situación?

La verdad es que la respuesta es más sencilla de lo que me podría haber podido imaginar. Los cuatro puertas lo llevan porque lo necesitan y los cinco puertas no lo llevan porque no les hace falta, y para que poner algo no necesario. Ahora, ¿por qué unos lo necesitan y otros no?

La respuesta es también sencilla y bastante lógica. La luna trasera se moja por igual en todos los vehículos independientemente del número de puertas que tengan, pero si en los berlina o cuatro puertas ésto se debe exclusivamente a la acción de la lluvia sobre el cristal (y su incidencia con el coche en marcha es mínima), en el caso de un cinco puertas al tratarse de automóviles "sin culo" generan unas turbulencias sobre el portón trasero cuando el vehículo se desplaza sobre una superficie mojada, que proyecta una gran cantidad de agua sobre el cristal trasero y de ahí la necesidad o recomendación de la instalación de un limpia trasero.

En el caso de los berlina o cuatro puertas, la aerodinámica del vehículo no genera dicho "rebufo" sobre la luna trasera y en ese caso al ser menor la cantidad de agua incidente sobre dicho cristal suele ser suficiente para su eliminación con la acción de la luna térmica, la cual además de desempañar el cristal interiormente, evapora las gotas de lluvias proyectadas en el cristal (que como ya se ha explicado son relativamente pocas) ayudado por la acción del viento al ir el vehículo en marcha.

Quizás una solución de futuro para que no se nos vuelvan a plantear estas fútiles cuestiones, pase por que los vehículos no lleven ningún tipo de limpiaparabrisas, lo cual no se trata de una quimera gracias a la nanotecnología.
Para ello podemos ver el nuevo prototipo de coche deportivo diseñado por Leonardo Fioravanti, el Hydra, que presenta como gran innovación al mundo automovilístico un parabrisas que se limpia solo gracias a la nanotecnología. El parabrisas se compone de cuatro capas de vidrio entra las que la primera de ellas repele el agua y filtra el sol, la segunda utiliza nanopolvo para limpiar la suciedad del vidrio repeliéndola hacia el exterior del vidrio, una tercera que funciona de sensor que detecta la suciedad y activa la segunda capa y por último la cuarta capa se trata de un conductor de electricidad. Esta tecnología se está desarrollando actualmente para ser implantada en los nuevos vehículos en unos pocos años.