Hoy quiero dedicarles un breve espacio a esos seres mágicos, dotados de un poder extremo y que pueden actuar impunemente y jugar con los sentimientos de la gente a su antojo personal, a la vez que se enriquecen económicamente gracias a un segundo empleo de tan sólo 180 minutos al mes. Evidentemente me refiero a los colegiados, árbitros o trencillas.
El artículo, como es filosofía de este blog, trata de un par de curiosidades sobre este colectivo y no de hacer sangre sobre ellos. La primera de ellas es su denominación de 'trencillas' y la segunda se trata del hecho de ser el único colectivo profesional al que se les llama siempre por los dos apellidos sin usar el nombre.
El término 'trencilla' para denominar al colegiado de la contienda surge de un recurso lingüistico denominado 'Sinécdoque' y consistente en extender o alterar el significado de las palabras, para designar un todo con el nombre de una de sus partes (como ocurre en la designación de tricornios para llamar a la Guardia Civil). En este caso la trencilla era un cordón trenzado que servía (o sirve) para mantener el silbato sujeto al cuerpo del colegiado.
Sobre el segundo punto del artículo, en España es clásico nombrar a los árbitros por sus dos apellidos, Pérez Lasa, Undiano Mallenco, Andújar Oliver, Pino Zamorano, Hevia Obras, etc., aunque no siempre ha sido de este modo. Originalmente a los colegiados se les llamaba por su primer apellido (el paterno) exclusivamente, con lo que se decía que Pérez, Martínez o Rodríguez había tenido una mala actuación o estuvo correcto o lo que fuera, hasta que un árbitro llamado Franco, en pleno periodo franquista, tuvo una tarde nefasta. Claro está que en la situación que se encontraba nuestro país por culpa de la dictadura, no hubo ningún periodista deportivo que se atreviera a escribir 'Franco estuvo desacertado' o 'Franco no da ni una'. La solución salomónica que se tomó fue la de nombrar al colegiado por sus dos apellidos para matizar la referencia y así poder criticarlo sin temor a represalias.
El artículo, como es filosofía de este blog, trata de un par de curiosidades sobre este colectivo y no de hacer sangre sobre ellos. La primera de ellas es su denominación de 'trencillas' y la segunda se trata del hecho de ser el único colectivo profesional al que se les llama siempre por los dos apellidos sin usar el nombre.
El término 'trencilla' para denominar al colegiado de la contienda surge de un recurso lingüistico denominado 'Sinécdoque' y consistente en extender o alterar el significado de las palabras, para designar un todo con el nombre de una de sus partes (como ocurre en la designación de tricornios para llamar a la Guardia Civil). En este caso la trencilla era un cordón trenzado que servía (o sirve) para mantener el silbato sujeto al cuerpo del colegiado.
Sobre el segundo punto del artículo, en España es clásico nombrar a los árbitros por sus dos apellidos, Pérez Lasa, Undiano Mallenco, Andújar Oliver, Pino Zamorano, Hevia Obras, etc., aunque no siempre ha sido de este modo. Originalmente a los colegiados se les llamaba por su primer apellido (el paterno) exclusivamente, con lo que se decía que Pérez, Martínez o Rodríguez había tenido una mala actuación o estuvo correcto o lo que fuera, hasta que un árbitro llamado Franco, en pleno periodo franquista, tuvo una tarde nefasta. Claro está que en la situación que se encontraba nuestro país por culpa de la dictadura, no hubo ningún periodista deportivo que se atreviera a escribir 'Franco estuvo desacertado' o 'Franco no da ni una'. La solución salomónica que se tomó fue la de nombrar al colegiado por sus dos apellidos para matizar la referencia y así poder criticarlo sin temor a represalias.
3 comentarios:
no se ha hecho sangre con los árbitros, doy fé...y mira que hay críticas para rato largo...hasta a mí que no me gusta el fútbol hay veces que les metería el pito por el mismo sítio que a los comentaristas que gritas GOLLLL durante más de 10 segundos...
Grjhkajsdehfiweuf que son tós
buen articulo! resolviste mis 2 dudas sobre arbitros! gracias :)
Sois unos verdaderos ignorantes los que criticais tanto a los árbitros. Desde fuera todo es tan fácil...y os aseguro que no sólo teneis el problema en que cobran, porque yo mismo he visto como se les pone a caldo a estos incomprendidos de la sociedad hasta en partidos benéficos! Y defendeis a muerte que un jugador de vuestro club que cobra una barbaridad de millones falle un uno a uno con el portero, ya me explicareis cual es la diferencia...
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