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miércoles, 10 de febrero de 2010

¿Por qué no encontramos las cosas?

¿A quien no le ha pasado esto alguna vez?, a mi muchas. La situación es la siguiente: estás buscando algo en el armario o en la nevera y no lo encuentras, preguntas a tu mujer si sabe dónde está y te dice que en el armario o nevera donde estás mirando, tu dices que ahí no está, que no lo encuentras, entonces llega ella y por arte de magia el objeto "aparece" ahí dentro.

¿Qué es lo que ocurre?, ¿lo hacen para fastidiarnos?, porque realmente yo no miento cuando digo que no lo veo. Menos mal que tiene una explicación y no soy el único al que le ocurre.

A parte de lo descuidados que podamos ser los hombres, no es que queramos hacer la vida de nuestra mujer más difícil, es que realmente NO LO VEMOS. Y por lo visto, biológicamente, este suceso tiene explicación; la configuración ocular de los hombres y mujeres es distinta.

Ya desde la prehistoria, las labores doméstican han estado diferenciadas por sexos (por desgracia). Los hombres se encargaban de alimentar a su familia mediante la caza y las mujeres debían cuidar de los hijos y del hogar.

Debido a ello, las tareas que debían realizar las mujeres en el hogar requería de 'andar con mil ojos', de manera que poco a poco, la estructura ocular de la mujer fue desarrollando un ángulo de visión superior al hombre, disfrutando de una visión periférica de casi 180 grados.

En el caso de los hombres, desarrollaron una visión cilíndrica de larga distancia, producto del arte de la caza en la que se debía de centrar la visión en objetivos lejanos y seguirlos a distancia, sin distraerse en lo que ocurria alrededor (como si miraran por binoculares), de manera que adquiríamos una visión muy buena en la distancia (no es mi caso) y sobre una dirección, pero se desarrollaban en menor cantidad la visión lateral.

Los ojos del hombre se configuraron para un tipo de visión de larga distancia, como si fueran un par de binóculos. En su tarea de cazador, el hombre necesitaba identificar una presa a gran distancia y perseguirla con la vista, sin distraerse con lo que le rodeaba. Por el contrario, la mujer necesitaba un amplio ángulo de visión para controlar que nada amenazara la cueva.

En definitiva, con el paso del tiempo las mujeres fueron perfeccionando una gran visión periférica, mientras que los hombres desarrollaron una visión cilíndrica.

Esto explica porque los hombres nunca podemos encontrar las cosas en los frigoríficos, armarios o cajones. Las mujeres con solo un vistazo abarcan mas espacio en el interior de los mismos, mientras que el hombre necesita mover la cabeza en todas las direcciones buscando el objetivo. Con menor esfuerzo y mayor rapidez la mujer encuentra un miso objeto que el hombre.

Extraído del libro 'Why men don't listen and women can't read maps" de Allan y Barbara Pease.

2 comentarios:

Richal dijo...

Prueba

Loles dijo...

no sé si creérmelo o es una justificación para decir..."hay es que no lo encuentro", aunque a partir de ahora diré "mueve la cabeza en todas direcciones, angulicorto"

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