El refranero español es uno de los más ricos del mundo (por decir algo ya que no es cosa fácil de demostrar), o desde luego está bastante bien surtido. Muchos son los dichos populares, casi siempre llenos de razón, que inundan nuestro lenguaje y vamos recibiendo a lo largo de nuestra vida. Algunos de ellos aunque a bote pronto parecen no tener sentido, los decimos con toda la naturalidad del mundo. Ya se habló en un artículo anterior sobre el dicho "Una de Cal y otra de Arena" y ahora la que me ha llamado la atención, por no tener un origen muy claro en un principio, era "Meterse en camisa de once varas".
El uso de este refrán se centra principalmente para expresar que una persona se está metiendo en un problema que de nada le va a servir, o dicho de otra manera, expresa la inconveniencia de complicarse la vida cuando no es necesario. En inglés la locución utilizada para dar a entender este hecho sería "To bite off more than one can chew" lo que quiere decir "Morder más de lo que uno puede masticar".
Su origen tiene dos fuentes diferentes las cuales pueden ser igual de ciertas y ambas reflejan el mismo sentido de la frase, por lo que es difícil decantarse por un único origen y por ello voy a reflejar sendas opciones. Eso sí, las dos posibles fuentes provienen de la Edad Media:
La primera de ellas proviene del ritual de adopciones de la Europa Medieval. En dichas ceremonias se tenía por tradición hacer pasar al niño adoptado por un sayo o camisón de mangas muy holgadas que se tejía para el momento, de manera que el padre adoptante debía introducir a su futuro hijo por la abertura de la manga de dicha prenda y sacarlo por el cuello de las misma, para sellar el ritual con un profundo beso en la frente como prueba del amor que le iba a procesar y de aceptación de la paternidad. En este caso las "once varas" era una medida exagerada de la dimensión de la camisa (una vara son 835.9mm) para expresar en que lío se podía meter el padre si en niño adoptado no resultaba ser como él esperaba. Esta ceremonia trataba de reflejar el acto del nacimiento del niño (como se describe en el libro "El folklore en el antiguo testamento de J. G. Frazer).
La segunda de las acepciones que pudieron dar origen al mentado refrán proviene de los ajusticiamientos llevados a cabo por la "Santa Inquisición" durante el periodo medieval. Según la tradición portuguesa que también recoge el mismo dicho en sus cultura popular tal y como demuestra el "Dicionário de Expressões Correntes", de Orlando Neves, esta expresión podría venir del "paño de varas" que se trataba de un tipo de tejido de basta elaboración con la que se vestían a los condenados que eran llevados a cumplir con sus respectivos castigos (hoguera, garrote vil, horca, etc.). Por otra parte el concepto "once varas" vuelve a ser una exageración del tamaño de la prenda, pero en este caso jugando con las palabras para expresar que es un lío en el que no conviene meterse en ningún caso.
Entre las dos elegid la que queráis, pero en cualquier caso el significado es claro, así que tratad de no meteros en camisas de once varas.
El uso de este refrán se centra principalmente para expresar que una persona se está metiendo en un problema que de nada le va a servir, o dicho de otra manera, expresa la inconveniencia de complicarse la vida cuando no es necesario. En inglés la locución utilizada para dar a entender este hecho sería "To bite off more than one can chew" lo que quiere decir "Morder más de lo que uno puede masticar".
Su origen tiene dos fuentes diferentes las cuales pueden ser igual de ciertas y ambas reflejan el mismo sentido de la frase, por lo que es difícil decantarse por un único origen y por ello voy a reflejar sendas opciones. Eso sí, las dos posibles fuentes provienen de la Edad Media:
La primera de ellas proviene del ritual de adopciones de la Europa Medieval. En dichas ceremonias se tenía por tradición hacer pasar al niño adoptado por un sayo o camisón de mangas muy holgadas que se tejía para el momento, de manera que el padre adoptante debía introducir a su futuro hijo por la abertura de la manga de dicha prenda y sacarlo por el cuello de las misma, para sellar el ritual con un profundo beso en la frente como prueba del amor que le iba a procesar y de aceptación de la paternidad. En este caso las "once varas" era una medida exagerada de la dimensión de la camisa (una vara son 835.9mm) para expresar en que lío se podía meter el padre si en niño adoptado no resultaba ser como él esperaba. Esta ceremonia trataba de reflejar el acto del nacimiento del niño (como se describe en el libro "El folklore en el antiguo testamento de J. G. Frazer).
La segunda de las acepciones que pudieron dar origen al mentado refrán proviene de los ajusticiamientos llevados a cabo por la "Santa Inquisición" durante el periodo medieval. Según la tradición portuguesa que también recoge el mismo dicho en sus cultura popular tal y como demuestra el "Dicionário de Expressões Correntes", de Orlando Neves, esta expresión podría venir del "paño de varas" que se trataba de un tipo de tejido de basta elaboración con la que se vestían a los condenados que eran llevados a cumplir con sus respectivos castigos (hoguera, garrote vil, horca, etc.). Por otra parte el concepto "once varas" vuelve a ser una exageración del tamaño de la prenda, pero en este caso jugando con las palabras para expresar que es un lío en el que no conviene meterse en ningún caso.
Entre las dos elegid la que queráis, pero en cualquier caso el significado es claro, así que tratad de no meteros en camisas de once varas.
1 comentarios:
En mi pueblo se usa para decirle a alguien que no se meta donde no le llaman o que se esta metiendo en algo que le queda grande...pero sí la verdad es que esta se usa mucho....
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